VUELO
Nekromantik
Ahora que el miedo va cediendo poco a
poco, junto al dolor siento una tranquilidad que me arropa el cuerpo y el alma.
El rojo clavel de sangre que se formó en el pecho, en el costado. muy cerca del
corazón, adquiere ahora la tonalidad de un púrpura muy oscuro, casi negro, que
me recuerda los inicios de mi vida saliendo de ese fondo abismal de tierra y
agua. El cuchillo vive como recuerdo en los bordes lacerados de la herida,
diciéndome cosas que ya casi no logro entender.
Del
orificio que chorrea la sangre han brotado múltiples manchas negras que
contienen un vacío que ha consumido ya buena parte de mi ser. Mis brazos ya no
están, pero aún los siento como una luz apagándose, derritiéndose en el suelo
como fragmentos de sensaciones que, adormecidas, penetran al interior de la
tierra. Mi pecho empieza a abrirse desde el centro y muestra los fantasmas que
han estado conmigo… se escapan haciendo más profundo el vacío abismal. Inclusive, la fuerza generadora de mi vientre
ya flota en el aire como una chispa de fuego que se despega de las ascuas para
volar y extinguirse, apagarse, con la lentitud de un minúsculo instante.
Ahora
que mi visión empieza a recobrar las apariencias originarias, mirada de feto
ciego en el interior pleno de su ser, puedo ver las cosas que me abandonan y
las que abandono. Mi forma de árbol no será más, ni el aire llenando mi cuerpo
con el ímpetu de un ave que desliza sus alas en mi interior. ¿Dónde estarán los
caminos que he pisado, donde las flores muertas que he besado? ¿los colores sin
color serán el dominio, el cielo será el fondo de la cueva? Ya no importa esto,
ni lo siento ya dentro de mí.
El círculo negro se va cerrando y en
lo oscuro encuentro otros seres, sombríos y profundos que pueden ver todas las
cosas, las que fui y las que seré. Mi corazón late cada vez más lento en un
fluir azabache, se abre para dejar que la serpiente de las raíces le muerda y le
devore al fin; sus pequeños ojos se agrandan y me llenan para que yo sea ellos
mismos, soy la visión de esta tumba que se ha abierto en lo ancestral del
tiempo.
Esta
última exhalación quiere ser definitiva. La detengo un momento más con el
postrer deseo de sentir en los labios las alas de demonio del humo del hashish …
veo en ella… vuelo en ella…
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